El monte
Ararat, situado en la provincia de Kars, en Turquía, es con sus 5.137 metros,
el monte más alto del país, aunque no siempre ha pertenecido a éste, puesto que
antiguamente formaba parte del territorio de Armenia.
Este monte, también conocido como Agri, aparece en
algunos textos de la Biblia en los que se cuenta que sobre él durmió el Arca de
Noé después del diluvio universal, por
ese motivo muchas expediciones han buscado los restos del buque sin éxito. Si
bien no hay pruebas de que el barco haya permanecido allí sorprenden algunas
fotos aéreas en las que es posible apreciar lo que podrían ser los restos de un
barco. Por otra parte, se han encontrado pedazos de madera muy antiguas que
reviven la leyenda y muy cerca de la aldea de Uzungil se encuentra un agujero
geológico con la forma del arca.
Lo cierto es que el Monte Ararat es en realidad un volcán
en extinción que no registra antecedentes, con la excepción de un terremoto
ocurrido en el año 1840 y asociado a la actividad volcánica. Su belleza natural
impresiona a los turistas que se acercan allí para admirarlo o bien para
desafiar sus destrezas físicas entre senderos y rutas de escalada.
Durante las excursiones por el monte es posible apreciar sus
cavernas o bien dedicarse a apreciar las inmejorables vistas panorámicas de la
región. El alpinismo y el senderismo son muy populares aquí y así es como miles
de deportistas visitan el lugar cada año para realizar un recorrido o bien
participar del tour que, con varios días de duración, invita a llegar a la cima
del monte.
A lo largo de toda la extensión del monte podemos encontrar distintas cavernas decoradas con relieves de cruces, las cuales fueron habitadas por
los primeros cristianos de Anatolia, también
podemos ver el glaciar más grande de Turquía con la fuente Yakup
Pınar, que según las creencias es de donde tomaron agua los viajeros del arca
de Noé al desembarcar en la cima, y el lago Kup, cerca de la
fortaleza de Horan.
A los pies del Monte está el palacio de Ishak
Paşa Sarayi, cerca de Doğubayazit, su construcción data del año 1784
y fue ordenada por el gobernador Ishak Pasha, dicho palacio se halla
sobre un terreno rellenado de más de 7.000 metros cuadrados, porque no existía
territorio donde construir, totalmente realizado en toba de color rojizo, y el
alminar de su mezquita es tan alto que se puede ver desde muy lejos.
Naturaleza e historia confluyen en esta montaña que ha
estado omnipresente en la vida de turcos y armenios.
En la misma zona del monte podemos encontrar la ciudad de
Kars, capital de la provincia situada al este de Anatolia y cerca de la
frontera con Armenia. La ciudad se encuentra dividida en dos por el río Kars,
y unida por un puente construido por el Sljuk Turks. Desde el año 1878 hasta el
1917, fue habitada por los rusos, lo que se refleja en la arquitectura que
recuerda ese país.
El pueblo de Ani, en la costa del río Arpaçay,
es muy interesante; para ingresar hay que pasar por La Puerta de Leones,
una de las 8 puertas de la doble muralla que la rodea. Dentro nos espera la
fortaleza interna, que data del siglo VII y la frontera con Armenia.
Los edificios más impactantes de la ciudad son: la gran Catedral
que fue construida en entre los siglos X y XI, con tres naves y una cúpula
sobre un plano en forma de cruz; el frente está adornado con piedras talladas.
Y en dirección al este, la Iglesia de San Gregorio, del siglo XIII sobre
el mismo plano de cruz cubierta con una cúpula cónica. También la Ciudadela
del siglo XVI, la iglesia armenia del siglo XI y el museo.
No se debe abandonar Kars sin probar sus
delicias gastronómicas: el queso, la miel, el helva de Umac, un
delicioso turrón de almendras, el típico relleno de manzana, el borek
(hojaldre), o la Mercimek çorbasi, que es una sopa de lentejas.
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